Jane tenía un presentimiento extraño acerca de la futura esposa de su hijo. Sin embargo, no fue hasta el día de la boda que realmente notó y entendió algo acerca de Tracy. No podía identificarlo, pero la intuición de su madre le decía que algo andaba mal. Sintió una sensación de inquietud e incomodidad que no podía explicar. Jane estaba segura de que los instintos de su madre estaban en lo correcto y que algo no estaba del todo bien en Tracy.
Jane sabía que los instintos de madre nunca se equivocaban y que debía confiar en ellos. Lo había visto una y otra vez, la intuición de su madre siempre acertaba. Eran una herramienta poderosa, por eso creía que debía prestarles atención. Supo que tenía que hacer algo en la boda. Se levantó sin pensarlo dos veces y perturbó el momento vital de su hijo…